Hace un par de meses que no escribo, y no fue mi intención, esa es la verdad. Un día estaba en la esquina cuando veo venir a mi viejita, con una carta en la mano, y me dice entre lágrimas, Miguel, vas a ir preso, que hiciste? Mi respuesta adelante de toda la barra fue la siguiente: Pero que dice Vieja, usted esta mal, mire si voy a ir en cana, ademas ahora por un par de billeteras se pide probation! Eso despertó en la barra risas hilarantes.
El tema fue ver la carta y recordar esa tarde en el bar Roma , comencé a desesperadamente a retomar retazos de aquella conversación. La situación es la siguiente Miguel, repetía incesantemente moviendo ampulosa mente las manos, como buen mercader de ilusiones en el bar de la calle San Luis. Es un negoción, Miguelito!!! no te podes siquiera imaginar! Hasta cuanto te podes estirar, no seas otario, ese cochazo es para vos! Fijate si podes estirarte un poco mas, al doctor no le gustan estas cosas, viste como es.
El que hablaba era el gordo Mariano, trabajaba de chófer de un Juez. Su vida era bastante cómica, también del barrio de almagro, antes de trabajar de chófer levantaba quiniela en los bares y era apreciado por la barra. La madre naturaleza lo quiso gordo y chanta. Comía compulsivamente y con desesperación y escupía mientras intentaba hablar haciéndolo. Tenia un tic asqueroso, al momento de terminar de devorar, comenzaba a realizar ruidos con la boca en afán de limpiarse las muelas. Siempre fue muy cómico escucharlo reír mientras terminaba de tomar algo, casualmente siempre se le escapaba algún eructo.
Lo escuchaba un tanto distraído. Pensaba en la oferta. El gordo Mariano proseguía. El doc, es muy estricto, severo, te diría. Cuando llega a su despacho, suele encerrarse, medita unos 45 minutos en cada causa, y eso si eh, que no exista una coma, que este fuera de lugar. Ahh! no sabés como se pone. Nunca nadie supo sobre que medita. Porque el trabajo obviamente lo realizan los empleados de su juzgado, el esta para firmar como se dice en la jerga. Se cuenta que una vez un empleado interrumpió su meditación, las malas lenguas dijeron que estaba restregándose las manos frente a un maso de cartas para entregarse furiosamente al curioso mundo del “solitario”. La vida de ese pobre cristo, a partir de ese momento fue una desgracia total. Gastritis permanente, impotencia, desvío emocional, le dijo un pseudo cientista. En fin Miguel, como te decía el doctor le hizo la vida imposible. Es muy meticuloso con sus cosas, peina a la gomina, camina seguro, es medio petiso y cuando se ríe se le ve hasta la última muela, de risa sincera y ordinaria. Como se dice en nuestro barrio una persona derecha. Duro, pero de bien.
La cosa es así, por el ford mondeo te va a pedir 20 lucas, es un regalo, imaginate, nuevo nunca taxi, vos en ese cochazo las minas se te van a tirar encima Miguel!
Como un gil de goma piqué. A la otra tarde me encontraba en Talcahuano 550 para conocerlo al Doctor y firmar los papeles, el 08 y la transferencia, el auto era mio. El señor “magistrado” me pareció medio personaje, hablaba de tango, de billares y de fútbol de los años 60. Siempre tengo la sensación por la cual la gente que me dice “ese día yo estaba en la cancha”,automáticamente aparece la idea recurrente que esa persona me esta mintiendo. Serán mañas, no sé. Lo que uno es hincha de su equipo no lo sé. Pero de todas formas esto no es lo importante. Salí del despacho, contento, exageradamente caminé moviendo mis brazos, no cabía en mis espaldas. Esa misma tarde fui al registro de la propiedad automotor a comenzar los tramites. Hasta acá todo bien. Pero esa noche salí con los pibes de la barra, estaban fumando y les toqué bocina para salir un rato, anduvimos por la recoleta, palermo, pero nos aburrimos y nos fuimos para flores y liniers. Era carnaval, teníamos ganas de festejar, de bailar con la murga, terminamos la noche en Villa Pueyrredón presentando a los fantásticos del movimiento, una murga amiga de caballito. No recuerdo mucho mas lo que sigue. Si recuerdo que el “S” me decía pisa a fondo que nos alcanzan miguelito, y el gordo mariano gritaba ya descarté, ya descarté.
Terminó todo de manera terrible, la policía nos tiroteo por desacatar la voz de alto y por supuesto nerviosismo fuimos todos adentro, terrible fue enterarnos que el auto tenia pedido de secuestro. El gordo Mariano y el Doctor me habían curtido 20 lucas. Estuve demorado una semana hasta que mi defensor oficial presentó la excarcelación.
Continuará